Único e irrepetible. Ni es un castillo, ni es un palacio, aunque lo parezca. Y es verdad que salones así solo se encuentran en construcciones nobles. Pero este inmueble, sorpréndete, es un piso junto al mar en pleno centro de Sant Feliu de Guíxols. Es una primera planta entera de un edificio de 3 alturas y censado como uno de los más antiguos de la ciudad. La finca data del siglo XVII y se han realizado sucesivas reformas a lo largo de los siglos, siendo la última del 2007 donde se incorporó el ascensor que entra directamente al interior de la vivienda. Sin duda, disponer de más de 300m2 construidos, una ubicación excepcional en pleno centro y junto a la playa, ya son buenos argumentos que captan tu atención, pero cuando entras y descubres el interior... Cuando contemples los techos decorados, toques las maderas grabadas de los marcos de las puertas o te sientes a comprobar la magnitud de la chimenea, ya quedarás atrapado. Tardarás muchos días en captar y admirar todos los rincones y detalles que la casa guarda. Cada habitación posee un tesoro que hay que descubrir con la calma y la pasión que merece un lugar tan especial. Vas a ser la única persona que pueda disfrutarlo todos los días. El aislamiento que le confiere los grandes muros, lo hacen inmune al frío, al calor o a la humedad exterior. También al ruido. Si te sientas, por ejemplo, en el patio interior cubierto a tomar un café, no escucharás nada, ni coches, ni vecinos. Cuando entras por la puerta o sales del ascensor directo al hall, no solo entras a una vivienda, entras a un espacio donde el tiempo parece detenido, donde puedes escuchar a las paredes, los suelos y los techos contándote su historia y la de las personas que por aquí han pasado. La calma, la pausa y la sensación de exclusividad se apoderarán de ti desde el primer instante. Sant Feliu de Guíxols, además, te ofrece un lugar donde vivir muy especial. La playa, su costa agreste y el Massís de Cadiretes, el casco antiguo, plagado de edificios singulares, mucha oferta cultural, con atención especial al Museo Thyssen de próxima construcción... La vida se vuelve diferente aquí, con muchos estímulos, mucho color que da el sol del Mediterráneo, pero con un ritmo nada acelerado.